El Adelantado de Segovia. Crónicas del Sentimiento. Hablo y escribo, pero muy poco de política. No es porque reniegue de ella y mucho menos de mi pasado, pues nada humano me es ajeno; además, sigo manteniendo dentro los mismos principios éticos que alumbran mi vida, pero hace tiempo que contemplo ese mundo sin pasión cegadora y con sentido común, tanto en las grandes cuestiones como en los asuntos cotidianos. Y así, por ejemplo, entiendo el poder democrático como un medio para mejorar las cosas del común, no como un fin en sí mismo.

Si repaso la historia cercana de este país, uno de nuestros mayores logros colectivos fue el consenso alcanzado por todas las fuerzas políticas en la Transición, aquella etapa tan crucial que hizo posible la Constitución de 1978, junto a esta democracia que venimos construyendo entre todos, cada día, y que ahora se deteriora demasiado.

Tras aquel ejercicio generoso de renuncias y entregas, luego han ido llegando, a lo largo de casi medio siglo, importantes avances sociales, en un camino no exento de tropiezos y dificultades. Hay que consolidar los logros y seguir caminando, pues esto es un proceso indefinido en el tiempo y son muchas aún las tareas pendientes. A veces pienso que, para afrontar los graves conflictos actuales, sería bueno que los protagonistas implicados retomaran la práctica del consenso. Mucho pido.

Nuestra democracia tienen defectos. Es evidente; aún así, le sienta bien a España. Lo digo porque he viajado lo suficiente como para compararla con la de otros países, y no hay color. Sin que perdamos sentido crítico y el afán de corregir los errores, deberíamos valorarnos un poco más a nosotros mismos, sumar esfuerzos para conservar lo mucho que hemos conseguido entre todos y seguir avanzando.

En lo personal, afronto mi camino por etapas, ya llevo algunas. Ayer cerré una larga e intensa al frente de Asetra, cuyo final ya anuncié. Lo tengo claro: más importante que llegar y estar en los cargos, es salir de ellos con dignidad, y cuando te corresponda. Tengo el sentimiento de haber cumplido, lo mejor que he sabido, y de que ya corresponde ceder el paso.

Durante muchos años me ha tocado representar a los transportistas segovianos, empresas grandes, medianas y pequeñas, tanto de mercancías como de viajeros. No haré aquí balance, ni viene a cuenta; en todo caso, los logros alcanzados han sido gracias a las sucesivas juntas directivas, a lo largo de 47 años; y su mayor acierto, haber consolidado un buen equipo profesional, que es altamente valorado por los colectivos del sector, y por las instituciones que nos afectan.

Durante este tiempo, me ha venido bien la responsabilidad de este cargo a la hora de medir con rigor y prudencia mis declaraciones públicas, para no alterar con ellas la postura inequívoca de Asetra: respeto pleno a todas las instituciones democráticas, y a sus representantes. Esta línea de colaboración y diálogo no frena nada la defensa de los intereses de los transportistas ni las demandas de proyectos necesarios para el desarrollo de Segovia. Hay uno que se demora demasiado, el cierre definitivo de la circunvalación sobre la ciudad (SG-20), y un quiste que nos duele a todos los segovianos y frena el desarrollo de esta provincia, el peaje del túnel de Guadarrama. Estoy seguro de que Asetra seguirá machacando, aunque sea sobre hierro frio. Es de justicia y nuestra obligación.

El modo de Asetra para llegar a acuerdos internos, en juntas directivas, comisiones de trabajo y asambleas, me ha recordado el espíritu de consenso de la Transición que he citado. Hago memoria y, en esta etapa, sólo hemos tenido la necesidad de votar una vez, pues siempre buscamos el acuerdo de todos y, cuando un asunto no está suficientemente maduro, lo damos las vueltas necesarias para acercar posiciones y llegar al necesario consenso.

Ya que he citado esa única votación, la explicaré. Es muy sencilla. Esta provincia arrastra un retraso industrial de siglos y son demasiados los proyectos de desarrollo abortados. Recientemente, a propuesta de FES, se nos planteó en Asetra la posibilidad de apoyar la sociedad intermodal “Prado del Hoyo”, una iniciativa industrial ambiciosa, enfocada a dinamizar el desarrollo empresarial de Segovia. Decidimos someter el asunto a votación, ya que la respuesta afirmativa implicaba un gasto notable para nuestra asociación. Votamos y lo aprobamos por unanimidad. Si no sale adelante este proyecto, no será por la falta del apoyo formal y económico de los transportistas segovianos.

El final de mi etapa como presidente de este colectivo concluyó ayer; no por anunciado y conocido hace tiempo, el acto estuvo descargado de emoción, pues ha sido mucho lo vivido y me gusta disfrutar estos momentos con calor.

Tras el natural proceso electoral, felicité con cariño al nuevo presidente, Ángel Esteban, y a los compañeros de la nueva directiva. Avanzarán bien por el camino abierto. Sin duda. También agradecí la colaboración de los directivos que han trabajado conmigo y recordé con dolor las ausencias de tres directivos ejemplares: Juan de la Calle, Gerardo Salgado y José luis Fraile. A los socios asistentes, que son la razón de ser de Asetra, les dije lo que siento, y con emoción: ¡Gracias!

¿Y mañana qué? Pues mañana seguiré mi camino, convencido de que lo mejor está por venir. De momento, os lo seguiré contando aquí, en El Adelantado, o donde me toque. En el fondo, creo que no sé hacer otra cosa.