Javier Pérez Andrés me entrevista para El Mundo de Castilla y León, con motivo de la Fiesta de Los Gabarreros y de la publicación de Gabarrero de luna.

«El peligro del monte no es el hacha gabarrera, sino el cemento y el fuego»

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Pregunta.- ¿Qué tipo de vino le gustaría ser?
Respuesta. Un Ribera del Duero.
P.- ¿Qué es para usted ser un espíritu libre?
R.- Una condición que exige una responsabilidad. La libertad es la esencia de la vida, pero convivir conlleva respetar a quienes tenemos al lado.
P.- ¿Cómo se gana la vida?
R.- Ahora escribo y gestiono una pequeña empresa.
P.- ¿Qué le gustaría ser de mayor?
R.- Soy mayor, pero la juventud no solo depende de la edad, sino que es una actitud. Lo que me gustaría es envejecer con salud, con inquietud para seguir aprendiendo y con tiempo para escribir.
P.- ¿De qué se siente más orgulloso en su vida?
R.- Más que de orgullo, me gustaría hablar de dignidad. Me siento razonablemente feliz por haber tropezado numerosas veces y haberme levantado.
P.- ¿Tiene algún sueño por cumplir?
R.- Quiero ver cómo mis hijos y mis nietos crecen sanos y encuentran su camino.
P.- ¿Qué es para usted el amor?
R.- El motor de mi vida. Todo lo que hay fuera del amor es muy vulgar.
P.- ¿Qué tal se lleva con Dios? R.- No me llevo mal. No he renegado de mi cultura cristiana. Tengo una fe razonable, aunque no ciega.
P.- Un espíritu libre al que admire.
R.- Agapito Marazuela.
P.- ¿Los gabarreros tienen una sintonía propia?
R.- Tienen jotas, cancionero propio… La música del pinar es maravillosa, con el viento rebotando en los árboles y el agua, en los guijarros del río. Los gabarreros siempre cantaban.
P.- ¿Quiénes fueron los gabarreros?
R.- Los leñadores de la Sierra de Guadarrama. En concreto, de mi pueblo, El Espinar. Aquí estaban los mejores leñadores. En los años 50, humildes gabarreros llegaron a ser campeones de España.
P.- ¿Da para tanto una estampa costumbrista como la de los gabarreros? Una fiesta popular, un centro de iniciativas turísticas, centenares de artículos, libros…
R.- Da para eso y mucho más porque tienen una cultura propia. Dentro de los gabarreros hay una forma de entender la resistencia agraria del momento, de cómo sacar el jornal del interior de los montes, con los tocones y las ramas secas. Fruto de todo eso ha surgido una cultura de conservar y respetar el monte.
P.- Hoy, que hay menos gabarreros, ¿corre más peligro el bosque?
R.- El peligro del monte nunca fue el hacha gabarrera. El peligro es el cemento o el fuego.
P.- El centro de iniciativas turísticas dio buen resultado. Se salvó la cultura gabarrera.
R.- El centro tiene 25 años de experiencia y ha funcionado, pero debemos seguir adelante para defender lo nuestro y divulgarlo, fomentando un turismo de naturaleza, de gastronomía, de buena salud.
P.- ¿A quién le daría un hachazo?
R.- Solo daría hachazos de entusiasmo y de fiesta. “Hay en mis venas de sangre jacobina, pero mi verso brota de manantial sereno”.
P.- “Marinero en tierra”, de Alberti, ¿tiene que ver con su pueblo?
R.- En todo. Alberti vino en 1917 a San Rafael, siendo un aprendiz de pintor, a curarse de una enfermedad respiratoria. En ese tiempo dejó los pinceles y se convirtió en un poeta. En 1925 fue Premio Nacional de Literatura con “Marinero en tierra”, que se publicó en El Adelantado de Segovia. También su libro “La arboleda prohibida” había estado prohibido y nadie conocía la obra. Pero hoy todo espinariego tiene un ejemplar.
P.- ¿De quién son los pinares de su pueblo?
R.- De los vecinos, a través del municipio. Lo que es de todos ha de defenderse hasta el final.
P.- Como profesional del sector del transporte y hombre con una clara vocación solidaria con el territorio, ¿el transporte puede ayudar a combatir la despoblación?
R.- Es fundamental para que la gente pueda acceder a la ciudad y regresar a su pueblo, con unos servicios públicos esenciales. Los servicios y el transporte fijarán población.
P.- ¿Su último libro?
R.- El 1 de marzo publiqué “Gabarrero de luna”. Lo presenté con mucha emoción, con alma gabarrera.
P.- Déjeme una pregunta para el próximo invitado.
R.- ¿Este es el mundo que soñaste cambiar cuando eras joven?